Recuérdame

“A veces recuerdo la primera vez que te vi. Tú no lo sabías, pero me bastó con verte la cara para saber que, desde ese mismo instante, te ibas a convertir en una de la personas más importantes de mi vida, aquella que tendría siempre un lugar especial en mi corazón. Echo la vista atrás siempre que puedo, y hay veces que recuerdo todo por lo que hemos pasado juntos. Aunque los borrones me desconciertan, aún soy capaz de ver lo afortunado que he sido por todo lo que siempre has hecho por mí. No hay palabras suficientes de gratitud que puedan describir la historia de nuestra vida. Espero que lo hayas visto recompensado de la misma forma y que nunca hayas sentido que te ha faltado algo, aunque sea la cosa más mínima. 

Aún soy consciente de las numerosas visitas al médico y de las miradas de frustración cuando llegamos a caminos sin ninguna salida. Sé que todo va a cambiar a partir de ahora, y la tristeza que me invade al pensarlo hace que quiera congelar el momento y quedarme a vivir en los instantes en los que todavía soy yo. Desearía poder evitar lo inevitable, pero no puedo. Nadie puede. La vela se está consumiendo y llegará un momento en el que se apagará.

Estoy seguro de que me vas llevar siempre en tu corazón, al igual que yo siempre te llevaré en el mío, sea de la forma que sea. Habrá días en los que no pienses lo mismo, pero nunca lo olvides. Siempre te he amado y siempre te amaré. Y sé que, al ser esto una carrera que el olvido está destinado a ganar, llegará un momento en el que no seré capaz de poner tu nombre en mis labios. Veré en tu cara unas facciones que no lograré recordar, y el ganador habrá cruzado la meta. Dolerá, pero estoy seguro de que caminarás de mi mano a pesar de todas las dificultades que puedan surgir. Sé que no me abandonarás.

Recuérdame y no llores más, mi amor.

Acabé de leer la carta que mi abuelo me tenía guardada. Los ojos me ardían y, al final, me dejé vencer por las lágrimas y por el miedo. Desde que mi abuelo recibió el diagnóstico de su enfermedad la situación había empeorado. En más de una ocasión había visto como ojeaba los álbumes de fotos con la mirada llena de recuerdos y empañada de tristeza. El camino sería duro, pero no se equivocaba al afirmar que caminaríamos siempre de su mano. Estaríamos ahí para él hasta el final.

Relato con motivo de la conmemoración del Día Mundial contra el Alzheimer.